En este día tan significativo para mí (mi cumpleaños), me encuentro reflexionando sobre las expectativas y metas que este año nuevo trae consigo. No solo pienso en lo profesional o personal, sino en algo que, siendo sinceros, ocupa una parte importante de nuestras vidas: las relaciones. Y es que, navegando por Facebook, entre memes e imágenes que provocan risa y reflexión, encontré grandes verdades que muchas veces pasamos por alto, y que deberían ser un hito para construir conexiones auténticas.
Los imágenes inspiradoras, nos llaman tanto la atención porque resuenan con lo que nuestra alma anhela. Frases como: “Quédate con quien te presuma de la mano y no te esconda del mundo”, o “Te voy a durar lo que me cuides, te voy a hablar como me trates, y te voy a creer lo que me demuestres”, me hicieron detenerme y pensar en la importancia de la coherencia en nuestras relaciones. ¿Cuántas veces hemos sentido que nuestras relaciones flaquean no por falta de amor, sino por falta de coherencia en nuestro actuar?
Ligar ecológicamente va más allá de los buenos modales en línea, o el ser ingenioso y coqueto. Se trata de coherencia; de que tus acciones hablen tanto o más que tus palabras. No puedes afirmar estar superinteresado en alguien, y luego relegar sus mensajes al final del día cuando has tenido tiempo para platicar con otras personas, o afirmar estar enamorado de esa persona y no darle la prioridad ni para una llamada. La atención, ese recurso tan escaso en nuestra era digital, es quizás el regalo más genuino que podemos ofrecer.
En un mundo ideal, no haría falta decir cosas como “nunca hagas lo que no te gustaría que te hicieran”. Sin embargo, aquí estamos, recordándonos a través de “imágenes inspiradoras” lo que debería ser evidente. Y es que, en el fondo, todos buscamos lo mismo: ser vistos, ser priorizados, y ser amados de manera visible y tangible. Si alguien te quiere escondido, o si alguien no tiene tiempo ni para contestarte un mensaje, quizás sea momento de replantearse dónde estamos parados y hacia dónde queremos ir.
Story Time
Permíteme compartir una triste historia personal que ilustra con dolorosa claridad la importancia de ser coherente. Hace algún tiempo, me vi disfrutando de la atención que el mundo del ligue en línea ofrece, sin darme cuenta el daño que me estaba haciendo y que quizás hice. Entre todos mis matches, había una mujer que realmente me interesaba, hermosa, con valores, y un corazón de oro, pero por andar de coqueto, no le dediqué la atención que merecía.
Entonces, tan repentina como una brisa de otoño, se alejó de mí. Me dejó con un último mensaje que, hasta la fecha, me duele recordar. En sus palabras, había una mezcla de decepción y resignación; me veía como alguien increíble, pero se había dado cuenta de que, ella no era suficiente (no había cosa más lejana de la realidad, de hecho ella era demasiado para mí). Mi falta de atención y mis respuestas evasivas se lo habían demostrado. Me deseó suerte y felicidad, y se marchó.
Perderla fue un duro golpe, un despertar brutal a la realidad de mis acciones y su impacto en los demás. Me enfrenté a la dolorosa verdad de que, por mantener mis opciones abiertas, había perdido a la única que realmente me importaba. Me enseñó, de la manera más cruda, la importancia de ser coherente en mis relaciones. No me habría costado nada hacerla mi prioridad, o mejor aún, mi única. Si tan solo hubiera tomado la decisión de realmente comprometerme con ella, de formalizar lo que ambos sentíamos y compartíamos, seguramente hoy en día seguiríamos juntos, disfrutando de esa química increíble que ambos sabíamos que teníamos.
Al reflexionar sobre mis relaciones pasadas y presentes, entiendo que ligar saludablemente significa priorizar la calidad de las conexiones sobre la cantidad. Y aprendí a dedicarle mi tiempo, mi atención y mi cariño a las personas que realmente valen la pena. Si no eres un medico atrapado en una cirugía nadie te va a creer que no tuviste tiempo de contestar en cinco horas, vaya hasta Elon Musk contesta los mensajes. (Love you Elon! <3) Ahora si que como dice una imagen: “No pierdas un diamante por andar recogiendo piedras”.
Esta experiencia también me dejo otro aprendizaje: El interés se mide en acciones. Si tu enamorado o enamorada, nunca tiene tiempo para ambos, si te contesta hasta el final del día, si prefiere hablar con otras personas antes que contigo, si te esconde y no te presume, solo significa una cosa: No le interesas realmente. Cuando nos gusta o interesa alguien, estamos super pendientes de el o ella, es naturaleza humana. Si deseamos a alguien, lo único que queremos es estar cerca de él, saber de él, salir con él, hablar con él, que nos vean con él. No importa cuanto diga que le gustas o interesas, el corazón actúa más de lo que habla.
Es crucial ser conscientes de dónde y en quién invertimos nuestro tiempo y energía emocional. Si bien el corazón a menudo tiene razones que la razón ignora, también es cierto que ignorar las señales de incoherencia por parte de la otra persona solo nos prepara para una dolorosa caída. No se trata de convertirnos en detectives de nuestras relaciones (que pinche hueva), pero si la interacción no se siente bien, te trae más angustia que felicidad, es momento de reevaluar. Las relaciones deben ser recíprocas, visibles y coherentes.
La dura verdad es que, a veces, la mejor decisión es alejarse o, si eso no es lo que deseamos, debemos aprender a no clavarnos demasiado. Invierte, tanto como inviertan en ti. Proteger nuestro bienestar emocional no es signo de debilidad, sino de una profunda autoestima y respeto por uno mismo. Aceptar menos de lo que merecemos, alimentando esperanzas en alguien cuyas acciones no están alineadas con sus palabras, es una receta segura e infalible para la desilusión.
En este camino de encontrar a la pareja adecuada a través del ligue saludable, el desafío es doble: ser coherentes en cómo nos presentamos y saber actuar con sabiduría en quien permitimos que ocupe un lugar en nuestras vidas. Este proceso de discernimiento no es fácil, pero si fundamental para construir una relación sana, amorosa, gratificante, y sostenible en el tiempo. Al final, lo que buscamos es una conexión que nos enriquezca, que nos haga sentir vistos y valorados, no solo en palabras, sino en cada acción que compartimos.
¡Hasta la próxima!